Somos Tomodachi Otoño de 2018
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Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el mundo entero deberá tomar las medidas apropiadas. Todos deben comprometerse con el mismo nivel de urgencia. Algunos siguen aumentando sus emisiones de gases de efecto invernadero y sobrepasan los 2 mil millones de toneladas anuales, según la Agencia de Energía Internacional. Todos los países deben llevar a la práctica sus promesas. Los países desarrollados deben dar apoyo a aquellos en desarrollo para propiciar el cumplimiento de sus obligaciones. Como parte de sus estrategias a largo plazo, los gobiernos deberán promover innovación para impulsar un nuevo crecimiento. También deberán ampliar sus objetivos para captar nuevas ideas. No debemos excluir ninguna alternativa. Japón tiene objetivos como crear baterías de ultra-alta capacidad de almacenamiento y descentralizar y digitalizar aún más los sistemas de control de energía automatizados. Por otra parte, buscamos evolucionar hacia una sociedad de energía basada en el hidrógeno. Los países también deben califi car la competitividad de una empresa según el desarrollo y difusión que haga de tecnologías orientadas al futuro. Esto animaría a las empresas a invertir a largo plazo. En el sector privado, la ola se hace cada vez más fuerte. Crece los países la de forma dramática el número de empresas que se implican en inversiones enfocadas en el medio ambiente, causas sociales y gobernabilidad, además de la emisión de bonos verdes. El Fondo de Inversión de Pensiones de Japón es una de ellas. Ahora los inversores exigen a los negocios analizar los retos medioambientales y dar a conocer tanto los riesgos como las oportunidades. También debemos enfocarnos en reducir las emisiones producidas por la infraestructura. En Japón nuestras lineas de tren de alta velocidad (Shinkansen) previenen las congestiones y aumentan la efi ciencia del combustible de los transportes en todo el país. Además hemos fi jado a nuestros fabricantes de automóviles el objetivo de recortar las emisiones contaminantes de los vehículos que producen en un 80 por ciento hasta 2050, con el fi n de llevar a cabo el plan “Well-to-Wheel Zero Emission”. Debemos de forma simultánea aumentar el crecimiento económico y reducir el uso de combustibles fósiles. Eso quiere decir recortar los precios y aumentar la fiabilidad de las energías renovables. En Japón el volumen de energía generado de fuentes renovables se ha incrementado en 2,5 veces en los pasados cuatro años. Japón celebrará la primera cumbre ministerial centrada en la energía de hidrógeno. No podemos olvidar la generación segura de energía nuclear y el control de las emisiones de metano e hidrofluorocarbonos. Se debe animar a los fabricantes que emiten gases de efecto invernadero a gran escala para que actualicen sus métodos de producción. Los países deberían detener la producción excesiva de acero, ya que provoca emisiones masivas de gases contaminantes y crea desequilibrio en los mercados. Finalmente, deberíamos aprovechar los avances en el proceso de datos y las comunicaciones para acelerar el ciclo de innovación. Invertir en la transición energética y la economía compartida, asegurará el crecimiento económico y reducirá drásticamente los gases de efecto invernadero. Abordar el cambio climático, la contaminación del mar y la reducción del riesgo de desastres son pilares fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. El próximo año Japón presidirá el G20 y se centrará en acelerar el ciclo virtuoso de la protección ambiental y el crecimiento económico. Cuando se celebre en Japón la séptima Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África, ofreceremos apoyo a los países africanos. Invitamos al resto del mundo a unirse a nosotros para enfrentar este difícil reto. El autor es el primer ministro de Japón9

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