Somos Tomodachi Verano de 2018
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y el escepticismo de esta hacia él se convirtió en fe en su causa. Había llegado el momento de salvar estos plantones al borde de la extinción. Con la gente de la localidad de su lado, Kawashima pudo centrar su enfoque en los campos en lugar de en las semillas.La deforestación a lo largo de las laderas, combinada con fuertes lluvias, había erosionado el suelo y provocado estragos en las plantaciones. Para paliarlo, los lugareños y Kawashima utilizaron campos en terrazas y plantaron árboles de sombra, así como maleza para evitar la escorrentía del suelo. Para reju-venecer los árboles menos productivos emplearon una técnica de “recorte” para compensar el crecimiento no controlado.“Los agricultores sabían que los árboles morirían si se podaban en exceso, lo cual les resultaba un poco perturbador, pero unos meses después los árboles tenían un aspecto muy mejorado y vieron que yo tenía razón. Eso levantó el ánimo de todos”, recuerda Kawashima.A los dos años del proyecto, Kawashima cree que las bayas Mibirizi estarán listas para el mercado en unos cinco años gracias a las constantes mejoras en el cultivo. Después del cultivo, el siguiente paso es la selección de las bayas, seguido por el procesamiento, la venta y la exportación. Todos estos pasos están conectados y son importantes dentro del sector.“Estoy enseñando estas nuevas habi-lidades a la gente de la localidad. De esta manera pueden formar a las nuevas generaciones”, comenta Kawashima.Pronto, el café ruandés será uno de los cafés más codiciados del mundo -lo que beneficiará al país y a su gente- gracias a los jóvenes y apasionados agricultores que aprendieron del Cazador de Café japonés. Mientras aplasta las bayas, Kawashima muestra que la madurez de estas puede determinarse por sus jugos.Yoshiaki “José” KawashimaHijo de un tostador de café al por mayor, Yoshiaki “José” Kawashima, conocido como el Cazador de Café, ha pasado toda su vida en torno al café. Estudió en el Instituto Salvado-reño para la Investigación del Café y luego trabajó para una importante compañía de café, desarrollando plantaciones en Jamaica, Indonesia y Hawai. Posteriormente, en 2008, fundó Mi Cafeto e hizo realidad su sueño de crear un negocio sostenible importando y vendiendo café en Japón.Productores de café ruandeses escuchan a Kawashima mientras explica cómo hacer campos en terrazas.Uno de los secretos de un delicioso café es el proceso de “selección” de las bayas de café. Kawashima enseña a los productores ruandeses a no mezclar bayas maduras con aquellas que no han madurado.23

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