Somos Tomodachi Primavera / Verano de 2018
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21ha incluido el establecimiento de las bases para mejorar las relaciones con China.Japón está liderando la defensa del orden basado en normas y hasta ahora ha gestionado los peligros mejor que cualquier otro país. Japón ha desarrollado un enfoque estratégico, pragmático y basado en principios respecto a los problemas a los que tanto Japón como el mundo se enfrentan en la actualidad.La diplomacia económica japonesa ha sido rediseñada pasando de una que buscaba en gran medida la expansión de los mercados y la inversión en el Sudeste Asiático, a otra con un enfoque más estratégico que se alinea más estrechamente con la reforma interna y las prioridades internacionales. El Acuerdo de Partenariado Económico entre Australia y Japón y el Acuerdo de Partenariado Económico UE-Japón son acuerdos importantes que ayudan a reformar la economía japonesa y también a alcanzar objetivos diplomáticos. El TPP fue visto como un acuerdo que usaría la influencia de los EE. UU. para abrir sectores protegidos en Japón de acuerdo con las prioridades de reforma nacional. La retirada de los EE. UU. del TPP fue un shock, pero luego Japón —ahora la mayor economía dentro de los países adheridos al tratado— lideró la conclusión del TPP11 o el rebautizado Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés). Australia fue importante, pero la conclusión del TPP11 no habría tenido lugar sin el liderazgo de Japón.El TPP11 no cumple el gran objetivo estratégico de mantener a los Estados Unidos arraigado en Asia ni de proporcionar una defensa contundente del sistema de comercio mundial. Pero el TPP11 envía al mundo un mensaje sobre el compromiso de la apertura de la región basada en las normas. Esto podría dar un nuevo impulso a una liberalización más amplia de Asia, al facilitar la ampliación del número de miembros y al elevar la ambición de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), un acuerdo que están negociando los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), así como Australia, China, India, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur.Australia y Japón están liderando la apertura de los mercados, ampliando las normas y fortaleciendo la arquitectura económica regional. El TPP11 y la RCEP son solo dos de los medios disponibles para elevar el nivel de vida de sus miembros.En la actualidad, Japón está asumiendo el liderazgo de la RCEP al acoger la primera reunión ministerial fuera de la ASEAN a mediados de 2018. La agrupación tiene una importancia estratégica real, dado que incluye a las grandes economías de los mercados emergentes. Forjar un acuerdo básico en 2018 que asegure reformas creíbles en China, Indonesia e India, y que ayude a la agenda de reformas internas de Japón, proporcionará un gran impulso a la economía mundial. Ello requerirá un liderazgo y una voluntad política firmes.La mayor jugada de Japón está por llegar. El pragmatismo del primer ministro Abe le permitió romper el hielo en las relaciones con China en 2006 y ha sentado las bases para mejorar una vez más las relaciones con el socio económico más importante de Japón. El Sr. Abe ha sugerido que podría haber espacio para la cooperación en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés) y que Japón podría cooperar en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, siempre y cuando se cumplan las condiciones necesarias. Las relaciones trilaterales China-Japón-Corea del Sur han continuado su labor, a pesar de las difíciles relaciones en el noreste de Asia, y han sido el escenario de la visita del primer ministro Li Keqiang a Tokio. Todo parece indicar que seguidamente van a tener lugar visitas bilaterales de Estado.Hace tiempo que se necesita un gran avance en la relación Japón-China. Impulsará la cooperación asiática en un momento en el que Asia debe asumir un importante papel de liderazgo en los asuntos mundiales.

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