Somos Tomodachi Primavera de 2018
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34Mi primer contacto con Japón fue viendo anime doblado, lo que probablemente sea muy común para la mayoría de nosotros en Europa. Supongo que escuché el idioma por primera vez mientras veía a Naruto en japonés original. Pero mientras trataba de encontrarle sentido a los sonidos que escuchaba, ignoraba cómo la larga historia de mi país con Japón influiría decisivamente en mi futura carrera.Estudié japonés por primera vez en la Universidad de Zuyd, participando en un programa de intercambio con la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto durante cinco meses en 2009. A esto le siguieron cuatro meses en el Instituto de Lengua Japonesa de la Fundación Japón en Kansai. El calor y la amabilidad de la gente local me dejaron con una debilidad por la región de Kansai.Después de esto, estudié la cultura y la lengua japonesas, así como relaciones internacionales para obtener mi maestría en Leiden, una ciudad holandesa no muy lejos de La Haya. Mientras estudiaba allí, fui seleccionado para realizar unas prácticas en el ayuntamiento de Nagasaki en 2014. Nagasaki y los Países Bajos tienen una larga historia de comercio e intercambio cultural. Durante el período Edo, los Países Bajos fueron el único país de Europa al que se le permitió comerciar con Japón. Dejima, una pequeña isla en Nagasaki, era el único puerto abierto a los barcos holandeses. Esto se debió a la estricta política aislacionista de Japón. Esta especial relación continuó con la celebración en 2017 del hermanamiento de las ciudades de Nagasaki y Leiden.Después de mi regreso de Nagasaki y de mi posterior graduación, solicité ser coordinador de relaciones internacionales (CIR, por sus siglas en inglés). Estuve encantado de ser aceptado, y pronto me enviaron a Kōriyama, Fukushima. Al igual que Nagasaki, Kōriyama cuenta con una profunda conexión con los Países Bajos. Podría decirse que Kōriyama debe su desarrollo, en gran medida, a los esfuerzos de un holandés.Hasta la década de 1870, los campos de Kōriyama eran tan secos que eran frecuentes las peleas por el uso del agua, por lo que se llamó a un experto en ingeniería hidráulica llamado Cornelis Johannes van Doorn, para que viniera a Kōriyama y ayudara con el sistema de irrigación de la zona.El trabajo que supervisó proporcionó un flujo de agua constante a través del canal de Asaka hasta Kōriyama, permitiendo el desarrollo de la agricultura y la industria. Todos los niños de las escuelas locales saben de su contribución a su ciudad natal, por una estatua erigida en su honor.Serie: El programa JETHistorias compartidas, futuros brillantesJoost KraltNació en Sassenheim, Países Bajos. Se graduó de la Universidad de Zuyd y de la Universidad de Leiden. Ha estado trabajando como coordinador de relaciones internacionales (CIR, por sus siglas en inglés) en Kōriyama, prefectura de Fukushima, desde agosto de 2015. Disfruta de su tiempo libre yendo a las áreas rurales del hermoso campo de Fukushima y asistiendo a excitantes fiestas locales, así como practicando patinaje de velocidad sobre hielo y karaoke.Joost frente a un póster que representa a Van Doorn en el hall de entrada del Ayuntamiento de Kōriyama.Joost frente a la esclusa de Jurokkyō, un componente clave en el proyecto de construcción del canal de Asaka. Regula el nivel del agua del lago Inawashiro permitiendo que el agua fluya hacia las llanuras de Asaka.Este sentimiento de gratitud es tan profundo que la ciudad de Kōriyama decidió construir un monumento en su honor en los Países Bajos. Una lápida fue tallada en roca local, se envió a Ámsterdam y se instaló allí. Además, la ciudad se comprometió a realizar el mantenimiento durante un periodo de cien años. Cada pocos años, una delegación de Kōriyama visita esta tumba para presentar sus respetos. Además de este reconocimiento, Brummen, la ciudad natal de Van Doorn, ha estado hermanada con la ciudad de Kōriyama desde 1988.Al llegar a Kōriyama, compartí el aprecio de esta ciudad por su arduo trabajo, porque en agosto de 2015, cuando salí del tren bala Shinkansen, la temperatura era de 38 °C. ¡Sin la debida cantidad de agua, seguramente habría fallecido! Pero afortunadamente el calor no fue la única bienvenida que recibí, ya que mis nuevos colegas rápidamente me ayudaron a sentirme como en casa. Gracias a ellos, pronto me encontré como un nuevo miembro de la División de Política Internacional de Kōriyama.

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