Somos Tomodachi Otoño de 2017
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24INSPECCIÓN DE LOS ALIMENTOSMENSAJES DE LOS AGRICULTORESLa familia Saitō cultiva pepinos en Okajima, ciudad de Fukushima. Antes del terremoto, cultivaban también otras verduras, que estaban tan valoradas que incluso se vendían en tiendas de comestibles de lujo de Tokio. Pero después del terremoto, la familia decidió centrarse solo en los pepinos para poder gestionar mejor sus cultivos. La familia Saitō explora ahora nuevos métodos agrícolas, incluida la mejora de los suelos, utilizando la información recogida de todo Japón. También garantizan la máxima seguridad, tomando medidas como la compra de fertilizantes que se han examinado para descartar la presencia de cesio radioactivo y otras sustancias peligrosas.Verduras: “¡Prueben nuestros deliciosos pepinos! Se cultivan en un entorno seguro en invernaderos en primavera y otoño, y son jugosos por dentro y crujientes por fuera.”El huerto de la familia Satō se encuentra en Iizaka, ciudad de Fukushima. Tras el terremoto, la familia Satō participó en numerosos seminarios sobre la seguridad de los alimentos y ha puesto todo su empeño en demostrar que su fruta es segura. Por ejemplo, uno de sus objetivos es conseguir la certificación japonesa JGAP, que solo se otorga a aquellos que se someten a una evaluación anual externa de la seguridad de sus alimentos y de la protección del medioambiente y reúnen los requisitos necesarios. Actualmente, toda la tierra cultivable de la familia Satō cuenta con la certificación JGAP. También han obtenido la certificación internacional “Global G.A.P.” para sus manzanas y caquis, y se están preparando para conseguir dicha certificación para sus melocotones, uvas y peras para la cosecha de otoño de 2017. Frutas: “Hemos obtenido las certificaciones de seguridad JGAP y Global G.A.P. para garantizar a las personas de todo el mundo que nuestras frutas son seguras. ¡Visiten nuestro huerto y recojan algunas frutas!”La familia Gotō, que cultiva arroz en la ciudad de Motomiya, Fukushima, experimentó una caída drástica en las ventas tras el terremoto. Se dieron cuenta de que ya no podían basarse en su antigua forma de pensar, es decir, que “el arroz de Fukushima es tan bueno que no necesita publicidad”, así que crearon un sitio web para publicitar las diferentes medidas de seguridad que están tomando para tranquilizar a los consumidores. Los Gotō invitan a todo el mundo a visitarlos y a comprobar la seguridad de su arroz en persona, ofreciendo rutas de visita con prácticas en granja y operando un alojamiento granjero que reciben excelentes críticas de los clientes.Arroz: “Fukushima es un lugar precioso, conocido como ‘la tierra del agua’. Sus tierras producen un arroz y un sake excelentes gracias al abundante suministro de excelente agua. Vengan a descubrir Fukushima y a comer aquí. ¡Nuestro arroz es delicioso! Y, por supuesto, es seguro.”A partir de análisis a distintos niveles de sustancias radioactivas en cada fase de la producción y distribución, Japón aplica un sistema en el que solo pueden expedirse los productos agrícolas reconocidos como seguros.Durante la fase de producción en concreto, en el Centro Tecnológico Agrícola de Fukushima, once trabajadores que utilizan once detectores semiconductores de germanio a plena capacidad llevan a cabo exámenes detallados y exhaustivos de los productos agrícolas que van a expedirse y distribuirse. Además, en cuanto al arroz, el

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