Somos Tomodachi Primavera / Verano de 2017
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30Ya han pasado seis meses desde que llegué a la ciudad de Ichinomiya, en la prefectura de Aichi, como coordinadora de relaciones internacionales (CIR). A través de mi trabajo he aprendido que los japoneses son muy diligentes. Al observar cómo todos se esfuerzan por alcanzar un objetivo, siento el deseo de hacer lo mismo y me hace feliz notar mi crecimiento personal.Estudié lengua japonesa en una universidad de Venecia. En mis años de estudiante vine a Japón un par de veces para aprender japonés. Cuesta explicar exactamente cómo me enamoré de Japón, pero es como el primer amor: me siento tan cómoda que noto de forma intuitiva que este es mi lugar. Tras graduarme en la universidad regresé a Japón y trabajé en una tienda de comida italiana mientras estudiaba en una academia de japonés. Durante ese tiempo me enteré de que Ichinomiya, ciudad amiga de Treviso, donde me crie, buscaba un CIR, así que solicité la plaza de inmediato.Cuando empecé a trabajar como CIR sentí mucha presión porque pensaba que tenía que hacer esto y aquello y lo de más allá para servir como un puente entre Japón e Italia. Sin embargo, un CIR neozelandés con más años de experiencia me aconsejó que no me agobiase tanto. Ahora intento disfrutar de la vida en Ichinomiya. He salido varias veces en un programa de radio comunitario sobre el intercambio internacional y he participado en festivales locales. Me estimulan los lugareños con los que entro en contacto a través de mi trabajo como CIR.También he empezado a trabajar para profundizar el entendimiento mutuo a través de las culturas gastronómicas de Japón e Italia. Treviso es famoso por su vino blanco prosecco. Los italianos en general adoran el vino y lo consideran una parte integral de sus vidas. En marzo de 2017 impartí un seminario sobre vino en Ichinomiya. Unas treinta personas atendieron al acto, en el que expliqué la historia del vino, cómo se elabora y sus variedades. Incluso ofrecimos una cata de vino. Los participantes declararon que habían aprendido mucho y que habían disfrutado del vino. Sentí que el seminario había ayudado a dar a conocer Treviso.Algo que quiero lograr durante mi estancia como CIR es invitar a gente de Treviso a realizar una ruta por Ichinomiya y experimentar su cultura gastronómica. La cocina japonesa y la italiana difieren en algunos aspectos, como los condimentos que emplean, pero también comparten muchos puntos: ambos buscan elaborar platos deliciosos utilizando ingredientes frescos y atendiendo a detalles como la combinación entre los ingredientes y los condimentos. Estoy convencida de que conocer las similitudes de la cultura gastronómica engendrará un sentimiento de amistad y cercanía con Japón.La cumbre del G7 se celebrará en Italia en 2017. Espero que sirva como una motivación para que japoneses e italianos desarrollen un mayor interés mutuo. Como CIR quiero trabajar para profundizar en los intercambios hasta conseguir que la gente de Ichinomiya y Treviso se familiaricen con su ciudad amiga.Intercambios más profundos a través de las culturas gastronómicas de Italia y JapónAlessandra GrilloNacida en la ciudad de Treviso de la región italiana de Véneto. Empezó a estudiar japonés en la escuela secundaria con un diccionario italiano-japonés. Ha convertido en su lema personal la máxima ichigo ichie (atesora cada encuentro), utilizada en su programa televisivo japonés favorito. Ha dedicado el tiempo libre a viajar con amigos a Hokkaidō, Ise, Shirakawa-go y otras partes de Japón. Planea visitar Nagasaki y Kanazawa en el futuro.Serie: El programa JET

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