Somos Tomodachi Otoño / Invierno de 2015
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26Un jardín japonés une a Estambul y ShimonosekiEl Jardín Japonés de Baltalimani, en Estambul, cuya construcción se completó en 2003, fue posible gracias a una completísima colaboración por parte de la ciudad de Shimonoseki. Los intercambios oficiales entre Estambul y Shimonoseki comenzaron en 1968, siendo el alcalde de la ciudad turca quien propuso su inicio. Ambas urbes están ubicadas en importantes estrechos: el Bósforo y el de Kanmon (Shimonoseki), y esta similitud fue lo que inspiró el acuerdo de hermanamiento. En años posteriores sus alcaldes y otros responsables de los respectivos gobiernos municipales se han prodigado visitas y un embajador turco ha visitado Shimonoseki en una ocasión. El jardín japonés fue construido para celebrar el 30 aniversario del hermanamiento. Shimonoseki ofreció un amplio apoyo al proyecto, que incluyó el envío de expertos. El jardín es un magnífico ejemplo del estilo chisenkaiyu, con el típico camino alrededor de un estanque y un jardín de rocas, azumaya (cenador, glorieta), nagayamon (portal con edificios adosados a ambos lados) y puente arqueado.Las dos ciudades trabajaron codo a codo en el proyecto. Una empresa de Shimonoseki hizo el diseño y los expertos japoneses se encargaron de conseguir en Turquía los materiales necesarios, desde la madera y la piedra hasta pinos, arces y otros árboles y plantas. La construcción y todas las tareas relacionadas se hicieron en colaboración con el personal local. Kazuyoshi Mori, presidente del Club Paisajístico de Shimonoseki, ofreció asesoramiento técnico in situ. “Encontré que a muchos turcos les gusta Japón”, dice Mori. “También ellos son diligentes y trabajamos en equipo de la mañana a la noche”. En 2007, como muestra de agradecimiento por la colaboración obtenida de Japón en la construcción del Jardín Japonés de Baltalimani, Estambul envió a la ciudad japonesa 50.000 bulbos de tulipán, una flor originaria de Turquía. Ahora, estas plantas adornan el Jardín de los Tulipanes Turcos del Parque de Hinoyama, visitado por muchas personas atraídas por la belleza de estas flores. Este año Turquía asume la presidencia del Grupo de los 20 y acogió la cumbre del G20, así como otros actos. En relación con esto, Estambul, con la intención de invitar a los dignatarios presentes en la ciudad a que conocieran el jardín japonés, reclamó ayuda a Shimoneseki para retocarlo. En respuesta a esta petición, una vez más expertos de la ciudad japonesa se desplazaron a Estambul, donde colaboraron en un proyecto de renovación a gran escala en el que la parte turca se volcó.Un apoyo muy especial, entre bastidores, lo dieron los jóvenes turcos que habían cursado estudios en la Universidad Municipal de Shimonoseki. Con ayuda de un banco local, desde 1994 esta universidad viene invitando a estudiantes turcos con un programa de estudios de un año. Algunos de estos alumnos se prestaron a actuar como intérpretes, facilitando así el avance de los trabajos. “Sirvieron como puente entre Japón y Turquía”, recuerda Mori, “captando nuestras ideas y transmitiéndolas correctamente al personal local”. Mori confía en el buen resultado del trabajo realizado: “Se prevé que las obras de renovación hayan finalizado para noviembre. Espero que mucha gente se acerque a ver el nuevo aspecto que tiene el jardín”.

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