Somos Tomodachi Otoño / Invierno de 2015
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14Texto completo en inglés: http://japan.kantei.go.jp/97_abe/statement/201509/1213007_9928.htmlLa Organización de las Naciones Unidas, que conmemora este año el 70 aniversario de su fundación, es un conjunto humano que no se arredra fácilmente ni ante las más desesperadas circunstancias. Afrontemos juntos, bajo la bandera de la ONU, cualquier reto que se nos pueda presentar. Y hagamos que cada Estado miembro aporte a ese empeño sus propias capacidades.Japón tiene una historia de apoyo a la construcción nacional en muchos lugares. Hemos trabajado promoviendo los recursos humanos, ofreciendo nuestro mejor esfuerzo en ayuda humanitaria y protegiendo los derechos de las mujeres. Ahora más que nunca, Japón pone a disposición de todos con generosidad esa experiencia acumulada.Japón continuará ofreciendo más y mejor asistencia a los refugiados y desplazados internos de Siria e Irak. En términos económicos, el total de la ayuda japonesa para este año ascenderá a 810 millones de dólares estadounidenses, el triple de la cuantía empleada el año pasado.Todas estas actuaciones entran dentro del ámbito de las medidas de emergencia que Japón es capaz de tomar. Pero, al mismo tiempo, nuestro principio inalterable es ir siempre a la raíz de los problemas y tratar de mejorar las situaciones que los originan. Para reconstruir países devastados y transformarlos en lugares que permitan a sus pobladores, una vez más, aspirar a ser felices, esto podría parecer un rodeo, pero promover las destrezas de cada ser humano y cultivar desde los niveles más básicos su capacidad de luchar contra el miedo y las carencias es, en realidad, el mejor atajo. Esta convicción se ha materializado en una política que otorga un lugar preferencial a la educación y a la salud, y que, muy en especial, se dirige a reforzar la posición de las mujeres de todas las edades. Es una política dirigida, pues, a la consecución de la seguridad humana.Hace algún tiempo vi una fotografía que mostraba el contenido del equipaje de una refugiada. Mi vista se detuvo en algo que parecía ser un cuaderno. Observando detenidamente aquel objeto, que había sido cuidadosamente envuelto en plástico para protegerlo de la humedad, me percaté de que era una de las cartillas de maternidad que Japón había repartido en los campos de refugiados de Siria. En Japón, las mujeres reciben esta cartilla en el momento en que conocen su embarazo. En ella pueden ir dejando registro de su salud y de la de su bebé.La cartilla es una plasmación del deseo materno de que el niño crezca sano y fuerte. Hemos distribuido cartillas de maternidad en campos de refugiados de Palestina, Siria y Jordania, con la esperanza de que el amor de las madres sea capaz de transformar ese suelo que algunas veces produce desesperanza y miedo. Y sabemos con certeza que muchas mujeres continúan guardando su cartilla como un tesoro, aferrándose a esos deseos maternos incluso en las privaciones del éxodo. Aunque se trate de situaciones tristes, me impresiona comprobar los elocuentes resultados que ha producido el concepto de seguridad humana.El imperio de la ley y el principio de la igualdad ante la ley son valores que Japón respeta y sitúa por encima de cualquier otro. Y la difusión de estos principios ha de hacerse también promoviendo las capacidades humanas. Para erradicar la violencia y el miedo, es crucial crear un buen personal policial y una buena organización. En esta creencia, hemos concentrado nuestras energías en la formación de cuerpos 70º Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones UnidasExtracto del discurso pronunciado por el primer ministro Shinzo¯ Abe en Nueva York el 29 de septiembre de 2015

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