Somos Tomodachi Invierno de 2016
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33Jovan Rebolledo, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST, por sus siglas en inglés), cree en sus posibilidades de ayudar a Japón a situarse entre los líderes del crecimiento mundial en tecnologías exponenciales. Este experto en informática y emprendedor nacido en México afirma que Japón ya cuenta con muchos elementos estructurales y orgánicos necesarios para dar forma a este campo de rápido desarrollo que incluye la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología, y los sistemas y redes de información. “Japón fabrica una tecnología increíble, especialmente en el ámbito de la robótica”, comenta. “Espero que el país siga como líder en I+D y expanda su alcance global desplegando los avances tecnológicos por todo el mundo”.Nacido en Veracruz, Rebolledo tuvo el primer contacto con el mundo de la tecnología de niño, cuando su padre trajo una computadora a casa. Cuenta sonriente que se sintió fascinado por la máquina —un objeto raro allí donde nació—y que pasaba horas manejándola. “Me hizo soñar en la tecnología”.Rebolledo había estado trabajando en una start-up en México cuando decidió viajar a Japón —un país que lo había fascinado desde su infancia— para estudiar robótica en un programa de investigación de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés) en 2002. Con una amplia sonrisa confiesa que lo que más le interesaba era “comprender el orden de la cultura y las formas en que las grandes empresas fabrican productos de alta calidad”. Habiendo forjado una fuerte conexión con Japón, regresó para cursar estudios de posgrado con una beca del Gobierno japonés, y obtuvo la maestría y el doctorado en ingeniería y ciencias computacionales en la Universidad de Kanazawa.En 2009 llegó un punto de inflexión decisivo, cuando Rebolledo pasó a formar parte de la clase inaugural del Programa de Soluciones Globales (GSP, por sus siglas en inglés) de la Singularity University (SU), con sede en Silicon Valley. El curso de diez semanas le abrió los ojos ante la importancia de aplicar las tecnologías exponenciales para cambiar el mundo. “Pensando exponencialmente”, apunta, “los líderes, los directores generales de empresas, e incluso cualquier persona, podrían usar un nuevo enfoque para atajar los problemas de escala global. Por ejemplo, podrían usar la inteligencia artificial para mejorar el acceso a materiales educativos de alta calidad. Una característica clave de estas soluciones es que pueden convertirse en servicios o productos a escala mundial, en lugar de meros medios para afrontar los problemas de forma local o lineal. De este modo, ejerciendo el pensamiento exponencial, podemos crear innovación exponencial rápidamente”. Rebolledo ha aplicado este enfoque en Japón desde antes de entrar en el OIST en 2015. Compagina la investigación con su participación en la iniciativa Exponential Japan, y ejerce como embajador de la comunidad SingularityU en el primer capítulo de la SU en Japón. Como parte de sus esfuerzos para promover una forma de pensar audaz, dirige a un grupo de estudiantes de bachillerato de Okinawa en el desarrollo de usos innovadores para los drones. También da clases sobre emprendimiento en la Universidad Keio de Tokio, en un curso que incluye consideraciones para aplicar la tecnología exponencial. “Es importante convencer a los jóvenes de que pueden lograr cosas increíbles pensando exponencialmente”. También se dedica a captar el apoyo de líderes de la innovación en empresas, instituciones educativas y otras organizaciones de Japón.Rebolledo confía en que poniendo en contacto a los innovadores de las tecnologías exponenciales impulsará el mundo en lo que describe como “un efecto dominó combinado”. Actualmente trabaja para establecer la colaboración entre innovadores, empezando por México, Japón y Estados Unidos —tres países con los que tiene firmes vínculos— y expandirse por Latinoamérica y más allá, juntando las oportunidades amplias y diversas disponibles. Una de las áreas en las que se centra es en difundir la innovación creada en Latinoamérica entre las empresas japonesas. Un ejemplo reciente de sus esfuerzos es enlazar un emprendimiento mexicano de drones a empresas de TI e inversores japoneses.Rebolledo señala que existen cuantiosas oportunidades para la cooperación: “Independientemente de la forma o la envergadura de la colaboración, quiero actuar como puente para atraer y exportar innovación en Japón”.Promoviendo las posibilidades exponenciales en Japón

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