Somos Tomodachi Primavera de 2016
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8Los mares de Asia, un continente que crece a gran velocidad, están repletos de barcos cargados de recursos energéticos, alimentos, manufacturas y otros muchos bienes. Garantizar la seguridad y agilidad del transporte marítimo en los estrechos de Malaca o Singapur, en el mar de la China Meridional y en el resto de las importantes rutas marítimas que cruzan estas aguas es fundamental no solo para la región, sino para el conjunto de la economía mundial. Japón, un país rodeado de mares que lleva muchos años perfeccionando su sistema de vigilancia costera, mantiene desde los años sesenta del pasado siglo diversas líneas de apoyo a los países de la región en materia de generación de capacidades de vigilancia de costas, con la intención de contribuir a la seguridad frente a accidentes y delitos en los mares de Asia. Alrededor del año 2000 y en respuesta a la necesidad de medidas antipiratería más duras en el estrecho de Malaca, Japón comenzó a reforzar la coordinación y cooperación con otros países asiáticos para conseguir que las leyes marítimas se cumplan, ayudándoles activamente a establecer sus propias agencias de guardia costera.En 2002 Japón empezó a cooperar con la Guardia Costera de Filipinas en cuatro áreas: cumplimiento de la ley, búsqueda y rescate, ayuda a la navegación y protección del entorno marino. El capitán Atsushi Tohyama, director de la división de Educación y Capacitación de la Agencia de Seguridad Marítima de Japón (JCG, por sus siglas en inglés), permaneció cerca de tres años en Filipinas, a partir de julio de 2002, adonde había sido enviado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés), como experto destinado para un largo periodo, dentro de un programa de desarrollo de recursos humanos. Tohyama explica en qué consistió esa cooperación:“Comenzamos por asegurarnos de que los participantes adquirieran sólidos conocimientos en derecho internacional, porque para los oficiales de la Guardia Costera es esencial comprender el principio básico de las limitaciones al ejercicio de la autoridad al amparo de la ley. Los instruimos también en técnicas de sometimiento sin usar armas, así como en procedimientos de investigación iniciales, como la recogida de pruebas científicas y la conservación del escenario del delito, aspectos básicos de la investigación criminal”. En un primer momento, Tohyama tuvo que discutir a fondo el principio de limitar al mínimo imprescindible el uso de las armas, pero logró convencerlos mostrándoles las decisiones que se habían tomado en procesos legales internacionales y aclarando que los tribunales internacionales han emitido sentencias de ilegalidad sobre el uso excesivo de las mismas.Tohyama precisa que en su labor se trata siempre de ver las cosas desde la óptica de los participantes, respetándolos como colegas de profesión y trabajando codo a codo con ellos. A través de esta colaboración, instructores y participantes se reafirman en su voluntad de hacer de los mares un lugar seguro. Según el experto, muchos de los participantes en estos programas de capacitación apoyados por la JCG ocupan ahora posiciones clave en las agencias de guardia costera de sus respectivos países.“Más que desarrollar un programa de capacitación previamente preparado en Japón”, explica Tohyama, “me esforcé por ofrecer una instrucción que les diera a los participantes ideas para construir entre todos un currículo que se adaptase a las necesidades de cada país. Fue una gran alegría comprobar, años más tarde, que personas que habían participado en el programa años atrás se ocupaban ahora de capacitar a los más jóvenes por su cuenta”, recuerda. En otras palabras, los logros de la cooperación japonesa han germinado y echado raíces.Sobre la base de esta experiencia de la JCG en materia de colaboración internacional, en octubre de 2015 cuatro organizaciones —El Instituto Nacional de Posgrado de Estudios de Políticas, la Academia de la Guardia Costera de Japón, la JICA y la Fundación Nippon— unieron fuerzas para crear el Programa de Políticas de Seguridad Marítima (MSP, por sus siglas en inglés) como programa de máster (maestría) de un año. Participan en el curso inaugural 10 alumnos procedentes de Japón y de países del Sureste Asiático. Es el primer máster en su género que se imparte en todo el mundo. “Nos proponemos seguir en la brecha, estrechando nuestros lazos con las guardias costeras de otros países y desarrollando los recursos humanos, a fin de lograr un orden marítimo regido por las leyes y las normas”, concluye Tohyama.Apoyo japonés a la creación de marcos de seguridad en todo el mundoPotenciando la capacidad de vigilancia costera en AsiaLa seguridad marítima frente a accidentes y delitos, un interés compartidoPrograma de Seguridad Marítima frente a Accidentes y Delitos en el sitio oficial de la Academia de la Guardia Costera de Japón (en inglés)http://www.jcga.ac.jp/2009/wwwe/english/policy.html

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