Somos Tomodachi Verano de 2015
16/38

16Medio siglo de actividades de la JOCVSe cumple este año el 50 aniversario del programa de los Voluntarios de la Cooperación Internacional de Japón (JOCV, por sus siglas en inglés), que fue lanzado en 1965. A fin de apoyar el avance social y económico de los países en desarrollo, además de proveer ayuda financiera en formas tales como cooperación financiera no reembolsable o préstamos de la ayuda oficial al desarrollo, Japón ha venido brindando cooperación técnica, que incluye el envío de expertos a los países en desarrollo y la formación de técnicos extranjeros en Japón. El programa de la JOCV es uno de los pilares de esta cooperación internacional basada en la interacción humana.En este programa se recluta, selecciona e instruye a personas de entre 20 y 39 años con los conocimientos técnicos apropiados y experiencia en su campo, que desean poner esas capacidades al servicio de la población de los países en desarrollo. Son enviadas en misiones de dos años a requerimiento del país receptor y hasta el momento han cooperado en más de 100 campos, trabajando como profesores, enfermeros, mecánicos, informáticos o entrenadores deportivos.Los voluntarios JOCV se han dado a conocer en estos países, donde forman una especie de cuerpo diplomático que trabaja con las bases. Para finales de abril de 2015, el número total de voluntarios ascendía a 47.630, y el de países receptores, a 96. En ese personal se incluye a los que participan en el programa de voluntarios senior (40-69 años), puesto en funcionamiento en los años 90, y otros programas relacionados. En las siguientes líneas presentaremos a dos jóvenes voluntarios.Ayaka Nitta llegó a Burkina Faso como voluntaria JOCV. Uno de los países menos desarrollados del mundo, Burkina Faso sufre un problema crónico de higiene debido a la costumbre de arrojar la basura a las calles. La actitud de la gente hacia el problema no ayudaba a su resolución y durante muchos años no se había hecho nada por atajarlo. Nitta puso manos a la obra en la ciudad de Koupela, donde combinó la reducción del volumen de desperdicios con la creación y venta de productos reciclados. “Hacer productos reciclados”, recuerda Nitta, “contribuía a encauzar los problemas medioambientales, y de esa forma podía también ayudar a que la población aumentase sus ingresos”.Atsushi Munakata llegó a Ruanda como voluntario JOCV un año después de graduarse de la universidad y trabajó en el este del país en el mantenimiento y la gestión de instalaciones de suministro de agua, y en la prevención de enfermedades que se transmiten a través del agua. La gente necesita agua salubre para vivir. “Aunque reparásemos un pozo que había quedado inutilizado”, recuerda Munakata, “no había nadie, ni organizaciones ni ingenieros, que cuidase de él”. Trabajó con profesionales ruandeses y con la población local en la reparación de pozos de bomba manual y en la transmisión del know-how de su mantenimiento. Sus esfuerzos han hecho posible que cerca de 7.000 personas tengan actualmente acceso a agua salubre.Todo lo que estos dos voluntarios han conseguido con su esfuerzo está ahora en manos de la población local. Y, para ellos mismos, su encuentro con las culturas de Burkina Faso y Ruanda, así como la experiencia adquirida son grandes activos en sus vidas.Los voluntarios JOCV comparten su entusiasmo por el avance social y económico de los países en desarrollo. Hoy, medio siglo después de la puesta en marcha del programa, los voluntarios persisten en una forma de entender la cooperación consistente en vivir y trabajar codo con codo con la población local, impulsados por un ardiente deseo de hacer todo lo que esté en sus manos por los países en desarrollo y por el resto del mundo. Y sus esfuerzos obtienen siempre la mayor gratitud de los países receptores.Una cooperación internacional con rostro humanoJapón: prestando ayuda por todo el mundo

元のページ 

10秒後に元のページに移動します

※このページを正しく表示するにはFlashPlayer10.2以上が必要です